A los cincuenta días que celebramos la Pascua, culminamos la alegría de la Resurrección de Cristo con la Solemnidad de Pentecostés. Para los cristianos, Jesús ha sido enviado y ha resucitado para que los hombres tengamos vida, y la tengamos en abundancia. Él no ha venido a traernos una simple prolongación de la vida mortal, sino la vida eterna, que no es sólo «vivir para siempre» sino que significa vivir en estado de felicidad y gloria permanentes, con el gozo infinito de quienes son hijos Dios, así lo dio a conocer el Arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos.
El prelado explicó que es vivir en intimidad y familiaridad con Dios como vive Jesús… Jesús tiene esa vida, y ha venido a dárnosla a raudales, en abundancia tal que brote en nuestros corazones como torrente de agua viva. Estamos celebrando Pentecostés… La Iglesia vive «en estado de Pentecostés», porque Jesús sigue entregando el Espíritu Santo a su Iglesia, y la fuerza de este Espíritu, obrando en los hombres, les hace experimentar la presencia Dios y el amor del Padre expresado en Cristo, para que los cristianos sean verdaderos «testigos» y hablen de lo que han «visto y oído» ellos mismos. El Espíritu Santo actúa en los cristianos para hacerlos verdaderos evangelizadores, y despliega su poder en la Iglesia y sus ministros, para que mediante los sacramentos hagan renacer y alimenten a los hombres con la vida divina.
“Hoy, pedimos al Espíritu Santo para que nos haga verdaderos testigos de la vida de Dios en medio de esta pandemia del Covid-19. Que seamos heraldos de esperanza y alternativas de vida en medio del miedo, de la confusión y el desconcierto por la emergencia. Que este mismo Espíritu nos ayude a estar fortalecidos y comprometidos en nuestro mundo herido por este virus letal; nuestro mundo, nuestra Iglesia necesitan del Espíritu Santo, de su presencia y acción. Que el mismo Espíritu que resucitó a Cristo de entre los muertos y fortaleció a sus discípulos, haga que hoy cesen todas las divisiones, guerras, sufrimiento y violencia entre los hijos de Dios, que llenos de esperanza y fe superemos juntos estos momentos difíciles y sigamos construyendo un mundo y sociedad mejores”.
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