POR: Juan Vázquez
Moisés Sánchez fue privado de la libertad y asesinado en 2015. Era de Veracruz, periodista local de Medellín de Bravo. Corría el gobierno de Javier Duarte, quien respondió despectivamente a la exigencia de justicia diciendo «era taxista, no periodista«. A pesar de que días antes de los hechos, el ahora ex alcalde de ese municipio, amenazó públicamente al fundador del periódico La Unión.
El tortuoso camino de sus familiares y el gremio así comenzaba. Después llegó la negativa de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Cometidos en contra de la Libertad de Expresión (FEADLE), de la FGR, para atraer e investigar el caso. Tras un amparo, esta fiscalía fue obligada a hacerlo, sin embargo, ha sido incapaz de brindar justicia y reparar el daño.
Ahora, 9 años después, la familia de Moisés Sánchez sigue buscando justicia. En un crimen presuntamente planeado desde el poder, por el ex alcalde de Medellín de Bravo, quien se encuentra prófugo. Ese poder al que el periodismo le es incómodo y con el que la sociedad se informa con la verdad.
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