Festejarán Día Mundial de la Justicia Social

Festejarán Día Mundial de la Justicia Social

El próximo 20 de febrero se conmemora el Día Mundial de la Justicia Social y desde la Iglesia afirmamos que el Hombre y la Mujer tienen la misma dignidad de criaturas a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1,26). Solo mediante el reconocimiento de la dignidad humana se hace posible el crecimiento común y personal de todos. La Iglesia ve en los derechos humanos la extraordinaria ocasión en nuestro tiempo para que la dignidad humana sea reconocida y promovida como característica fijada por Dios Creador en nosotros, sus criaturas.

La justicia consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que le es debido, se traduce en la voluntad de reconocer al ser humano como persona. Los pilares de la Justicia Social se sustentan en los valores de equidad, igualdad, respeto, acceso a la protección social, aplicación de los derechos humanos en todas las esferas de la vida, incluso en el trabajo. Defendemos los principios de Justicia Social cuando promovemos la igualdad entre los géneros o los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades más desposeídas.

Favorecemos la justicia social cuando suprimimos los obstáculos o diferencias que encara la gente por motivos de género, edad, raza, etnia, religión, cultura o discapacidad. En este Día Mundial de la Justicia Social renovemos la conciencia de la importancia de combatir la pobreza, la exclusión y el desempleo, seamos capaces de que las oportunidades no se abran sólo para pocos, logremos que la mayoría no se vea limitada a los recursos básicos para una vida digna. El objetivo de la Justicia Social es que el hombre y la mujer vivan con plenitud en sociedad, teniendo acceso a los recursos que Dios creó y que les encomendó, para que puedan vivir de acuerdo a la voluntad del amor de Dios.

Es deber y derecho de todos construir un mundo y un país más humano y colaborar con nuestros gobernantes para que edifiquen una sociedad más humana y justa. Seamos firmes contra las fuerzas de discriminación y exclusión que violentan la dignidad de las personas por motivos de género, religión, etnia o situación económica. La Iglesia Católica, nuestra Maestra, nos enseña por medio de la Doctrina Social que el bien común es para todos los hijos de Dios, sin exclusión de ninguna clase. Todos formamos una sola Iglesia, la que sigue a Cristo, la que funda su ley en el Amor a Dios y al prójimo (Mateo 22,39).

 

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