Zicuirán, Mich..-La Fundación Desarrollo Sustentable y Cambio Climático y la Coordinación de Organizaciones de la Sociedad Civil señalaron que la producción pesquera de la Reserva de la Biósfera Zicuirán-Infiernillo está en franco declive por la invasión del llamado Pez Diablo, así como por el azolvamiento que genera la carencia de oxígeno en sus aguas y la consecuente muerte de peces, lo cual afecta de forma rotunda la economía de la región, aunque sus niveles de líquido aparentemente son normales a diferencia de otros cuerpos de agua en la entidad y el resto del país. El biólogo Hugo Zepeda Castro, director de la Reserva de la Biósfera Zicuirán-Infiernillo, expuso los dos problemas que existen en la zona: “La producción pesquera ha disminuido debido al mal uso y manejo realizado por la introducción de especies exóticas como el Pez Diablo, y aunque como alternativa para seguir en el negocio los pescadores han insertado una tecnología de producción llamada jaulas flotantes, tampoco se salvan porque en temporada de invierno suben las aguas del fondo que carecen de oxígeno por la estratificación normal de los cuerpos de agua y el barro acumulado, que mata a los peces”. Durante estos Encuentros Regionales “Juntos por la Transformación”, se advirtió de la necesidad de proteger y de conservar la fauna como la guacamaya y el puma, además de generar proyectos para darle valor a los productos del campo como el limón, el mango y el melón. La intención de estos foros, es dar a conocer las conclusiones de los mismos a la candidata a la presidencia de la República, Claudia Sheinbaum, con el objetivo de que tengan continuidad y haya soluciones a las necesidades y a las problemáticas. Es importante mencionar que Infiernillo fue uno de los primeros cuerpos de agua y el primero en México donde se detectó la presencia del pez Pleco o Diablo en la primera década de este siglo, el cual es originario de Sudamérica y es utilizado para limpiar la suciedad en el fondo de las peceras, además de que también se alimenta de algas. Sin embargo, es una especie invasora de fácil y amplia reproducción que ha depredado a las especies nativas como la tilapia o el bagre, no sólo aquí sino en toda la República. Lo alarmante es que no tiene depredadores naturales en presas, lagos y lagunas. No así en los pantanos, donde son botín de los cocodrilos, destacó el biólogo Hugo Zepeda. Lo anterior fue ante la presencia de Omar Guadarrama y Guadalupe Sánchez Gama, presidente y secretaria General de la Fundación Desarrollo Sustentable y Cambio Climático respectivamente, y Juan Manuel Valenzuela, titular de la Coordinación de Organizaciones de la Sociedad Civil. Zepeda Castro dijo que los pescadores “se han acostumbrado poco a poco a convivir con el pez Diablo, pero eso no indica que no signifique un problema, porque se alimentan de los huevecillos y crías de otros peces. Tampoco hay una solución factible de implementar porque se ha intentado obtener harina de pez Diablo y lograr otros productos para modificar la economía de los pescadores, pero al momento de hacer los números no ha podido ser una actividad rentable”. Por otro lado, expresó que en cuanto al nivel del espejo de agua, el volumen es menor porque se ha azolvado. En el caso concreto de Zicuirán “si se llenó la presa a diferencia de otros cuerpos de agua del estado, pero con la problemática de degradación que existe en la cuenca como los cultivos de aguacate y otros tipos de aprovechamiento en la parte alta de la cuenca, además de que ha arrastrado muchos azolves, todo eso ha afectado la pesca en jaulas flotantes”, señaló. El director de la Reserva de la Biósfera Zicuirán-Infiernillo manifestó que cada año en invierno las aguas del fondo, carentes de oxígeno, por la estratificación normal de los cuerpos de agua, sube a la superficie y agota el oxígeno, matando incluso a los peces de la producción en jaulas. “Eso es debido al azolve porque el barro impide la oxigenación del agua en el fondo”, refirió. El experto en conservación dijo que en la Reserva de la Biósfera Zicuirán-Infiernillo han generado un proyecto integral de producción pesquera y consideró que es viable desde la producción hasta la venta, pero recalcó que sólo hace falta voluntad política para echar a andar los instrumentos necesarios para rescatar a los cuerpos de agua y por ende a la pesca. “La gente que vive en el territorio es la que tiene la capacidad para poder echar a andar las acciones que se necesitan para conservar el espacio. Los que vivimos fuera somos coadyuvantes y no nos alcanza la capacidad para poner los medios que la gente necesita para conservar esos espacios. Nos sentimos abandonados. Hemos intentado entrar a programas como Sembrando Vida y no estamos. Somos uno de los territorios más vulnerables al cambio climático, y a pesar de que en este territorio se generó la tecnología, que después los ingenieros y técnicos responsables del programa vinieron a aprender aquí, sentimos que estamos en un territorio aislado”, finalizó. |
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