Por: Alejandro Meza

Es urgente y necesario culminar con el imperio de Hill Arturo del Rio, quien se ha encargado de transformar las funciones laborales de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, en un organismo al servicio de los poderes fácticos de Silvano Aureoles Conejo y Raúl Cárdenas Navarro, en el caso de la UMSNH. La imparcialidad y la justicia para la clase trabajadora son conceptos nulos para el presidente de la citada junta, que durante su reinado, se ha encargado de anteponer los intereses de los amos a los que sirve impunemente.

La reforma laboral entrará en vigor en tres etapas, donde el estado de Michoacán se encuentra en la segunda fase que dará inicio hasta el 1º.de octubre del 2021, para dar paso al Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, así como a los Tribunales Federales de Justicia Laboral, con los cuales quedará garantizada la imparcialidad laboral de la que ha carecido Hill Arturo del Rio, el corrupto árbitro, que más allá de una impartición de justicia equilibrada, se ha dedicado a servir fielmente a los intereses del gobernador y del rector, en detrimento de los derechos de miles de trabajadores sindicalizados.

Es obvio el servilismo rastrero del presidente de la Junta de Conciliación, porque su nombramiento proviene del dedazo de Silvano Aureoles y por consecuencia, el organismo laboral es un centro de protección patronal, dedicado a ignorar y dilatar los derechos de los trabajadores de los distintos gremios. En lo que concierne a la Universidad Michoacana, no debemos olvidar que Hill Arturo es empleado de la institución educativa y ha sido funcionario en diversas ocasiones, lo cual le impide moralmente para atender asuntos inherentes a la UMSNH, porque se configura un evidente conflicto de intereses, que es aprovechado para golpear a los agremiados del SUEUM, pasando por alto los tiempos y los adecuados procesos que establece la Ley Federal del Trabajo.

Los trabajadores que votamos por un cambio en el país, estamos esperando los frutos de esa justicia que tanto se ha pregonado y un paso importante será la extinción de las perniciosas Juntas de Conciliación, que más allá de velar por el cumplimiento de la ley, se han dedicado a reprimir a los trabajadores, omitiendo y retardando las demandas justas de los sindicatos. Es urgente la instauración del nuevo modelo laboral, para terminar con la corrupción en materia laboral y dar paso a los tribunales en esta materia, que seguramente podrán garantizar la imparcialidad que merecen los sindicalistas.

Lo cierto es que falta mucho tiempo para culminar el periodo de aplicación del nuevo modelo de justicia laboral, que en Michoacán entrará en vigor hasta el 1º. De octubre del próximo año, sin embargo, en estos tiempos de renovación y cambio, se deben tomar cartas en el asunto de la JLCA y desterrar de manera inmediata al personaje que tanto daño ha ocasionado a la clase trabajadora michoacana.

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