POR: Juan Guevara Mendoza

Ante los resultados de las encuestas electorales, desfavorables para Carlos Herrera; Silvano Aureoles Conejo pone a funcionar todo el circo a su alcance, con la intención de incidir en la intención del voto popular, que ya parece irreversible. Los universitarios no nos tragamos el cuento de que prosperaron las gestiones para el pago de la parte correspondiente al aguinaldo del 2020, donde presuntamente, Raúl Cárdenas, de la mano de Jorge Luis Ávila y Armando Rangel, lograron destrabar el asunto.

Debemos mencionar que no se trata de un asunto trabado, sino de un derecho laboral previsto en la Ley Federal del Trabajo y por lo tanto no se requiere de gestión alguna para su entrega, que debió ser en diciembre del año pasado y que la omisión de su pago convierte a Raúl Cárdenas en un delincuente. Por otro lado, no debemos perder de vista al par de payasos que se prestaron al montaje de la comedia silvanista: Jorge Luis Ávila, conjuntamente con todo su entreguista comité, fueron destituidos de sus cargos por la mayoría de los agremiados del SPUM; Armando Rangel es solamente un títere vicioso e iletrado al servicio del mejor postor y no es capaz de representarse ni a sí mismo, porque además carece de la titularidad de un Contrato Colectivo de Trabajo.

Seamos claros, Silvano Aureoles Conejo se encuentra metido en un callejón sin salida y difícilmente librará sus corruptos atentados; es por eso que busca a toda costa jugar su última carta y es por eso que llamó a sus súbditos, para ordenarles que operen al interior de la UMSNH, en favor de Carlos Herrera, pretendiendo vestir a los espurios y traidores con la etiqueta de un logro que ilusamente quieren que se les agradezca, como si nuestros aguinaldos fueran una dádiva.

Bien dicen que entre viciosos y traidores se ponen de acuerdo, pero afortunadamente, los deseos del gobernador no podrán llevarse a cabo, porque los personajes con los que pretende enaltecer la figura política de Herrera Tello, ni siquiera pueden caminar libremente por la Universidad, debido al repudio que producen estos personajes entre la Comunidad Universitaria. No le quedaba de otra al gobernador, porque los auténticos sindicalistas ya hemos decidido nuestra preferencia electoral y no coincide en nada con el candidato de la continuidad.

Silvano Aureoles y Raúl Cárdenas deben aprender que nuestros aguinaldos no son una moneda electoral y que los trabajadores universitarios no somos limosneros para recibir el trato indigno que nos han dado durante un sexenio funesto. Cuando existe un derecho laboral es inexistente la supuesta gestión y el destrabe de un conflicto como afirmó la rectoría y nuestro voto irá en favor de desterrar la corrupción.

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