Recientemente, el escritor Carlos Ureña presentó su libro Pueblo sin Nombre, el cual dijo lo hizo basándose en la dudosa legitimidad de la propiedad de la tierra en México, ya que a través de la historia ese ha sido uno de los problemas que aquejan a la gente del campo.
La ley dijo, especifica bien las propiedades, pero lamentablemente las autoridades no las cumplen, esa incertidumbre de la tenencia de la tierra se remonta desde la época en que llegaron Los Aztecas al altiplano, que ya era ocupado por Los Toltecas y otros grupos indígenas. Destacó que Los Aztecas siempre dijeron que les habían robado sus tierras, pero eso no era cierto, cuando ellos llegaron ya había habitantes en dicho espacio.
Expuso que en su libro explica como ese tema se ha venido repitiendo en México hasta nuestro días, al grado de que una de las causas del subdesarrollo de este país, es precisamente por la falta de garantías para la gente del campo, esto es grave porque hace muchos años la agricultura era la base económica de nuestro país, pero esa inseguridad en la tenencia de la tierra ha sido un freno para que el campo siga siendo explotado como debería de ser.
Dio a conocer que en la Historia de México se sabe que no solo el General Lázaro Cárdenas del Río repartió tierras, también el presidente Porfirio Díaz lo hizo en su tiempo, pero aun así, hasta nuestros días el problema existe, sobre todo en la Meseta Purépecha y otras localidades.
Ahora se tiene el problema de los paracaidistas, de esos líderes corruptos que se apoderan de tierras que no les pertenecen y que para que sean devueltas a sus dueños se tiene que proceder con un sin número de litigios, esa es nuestra realidad de ahora, lo que significa que el problema sigue.
Dijo saber que en la región de la tierra caliente se da mucho ese tipo de situaciones, donde personas se adueñan de las tierras por la fuerza, por ende los dueños tienen que entrar en litigios costosos, pero ello se debe precisamente a esa incertidumbre que existe en el tema de la tenencia de la tierra.
Recalcó que ese es el tema principal de su libro, donde explica porque México sigue en un total rezago en lo que se refiera a la tenencia de la tierra, narra con magistral estilo la historia de una familia provinciana noble y buena fue arrastrada por el huracán social que ensangrentó a México al inicio del siglo XX.
Relata algunos pasajes de la vida de Librado González, un joven con principios honestos y morales, quien ingresa a las filas del Ejército Mexicano y que después fue encarcelado. También pone en evidencia los maniqueos postulados del dogma, la fe y la superstición. Deja constancia del grotesco ritual pagano de adorar el instrumento de tortura en la que sufrió atroz flagelo y murió el Redentor.
Leave a Reply