POR: Juan Guevara Mendoza
La rectoría universitaria se jacta de respetar los Contratos Colectivos de Trabajo y así lo expresan en los oficios mediante los cuales comunican las suspensiones oficiales y las fechas de los periodos vacacionales. La hipocresía y la falsedad de estos individuos carecen de sentido común y de decencia, porque los compromisos contractuales no se reducen a los días de descanso obligatorio, sino a todo el clausulado signado entre la autoridad y los sindicatos titulares.
La pandilla delictiva de regenteada por Raúl Cárdenas Navarro ha violentado de principio a fin todo el Contrato Colectivo de Trabajo del SUEUM, adeudando casi 70 mil pesos a cada trabajador, por concepto de ayuda sindical, además del 50% de la Aportación de Depósito, el pago por retiro de nuestros compañeros jubilados e innumerables Estímulos de Puntualidad, rasurados sin que exista razón alguna.
La inmoral rectoría al mando de Cárdenas Navarro, se ha robado hasta este momento el dinero correspondiente a la Caja de Prestamos del sindicato, las cuotas sindicales, dinero que proviene de nuestro bolsillo y no de ninguna partida de recursos públicos.
Las autoridades universitarias han tenido el cinismo de declarar públicamente que tales recursos se encuentran trabajando en sendas cuentas bancarias y rindiendo intereses para pagar las nóminas de los empleados, lo cual constituye un flagrante delito de peculado y del que ya se encuentran en proceso las denuncias de carácter penal en distintas instancias de fuero local y federal.
¿A qué se atiene Raúl Cárdenas que se siente intocable? Es evidente la compartida complicidad que existe entre el rector y el gobernador de Michoacán, quien en todo momento lo ha blindado y protegido contra la acción de la justicia, cooptando en todo momento cualquier avance en materia penal y laboral; pero debemos señalar que nuestra lucha no se reduce a agotar las instancias locales, sino que hemos buscado la protección de la justicia federal e internacional, exigiendo el cumplimiento de nuestras demandas en la OIT (Organización Internacional del Trabajo) y en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, quienes tienen pleno conocimiento de lo que sucede al interior de la Universidad Michoacana y se encuentran en desarrollo los procesos correspondientes.
La impunidad y la tiranía de Raúl Cárdenas no será perpetua, porque muy pronto se quedará sin su padrino protector y tendrá que responder ante la justicia por todas las calamidades ocasionadas a los trabajadores universitarios. Bastará esperar las múltiples observaciones que saldrán de las auditorias para que el rector y algunos de sus gavilleros ocupen el lugar que les corresponde.
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