Con mucha gratitud hoy 25 de julio, fiesta del Apóstol Santiago, celebro el XXIV Aniversario de mi Ordenación Episcopal, con esta fecha quiero iniciar un Año Jubilar de preparación para la celebración de mis Bodas de Plata de Ordenación Episcopal. En este marco de alegría, de acción de gracias y de reflexión, les ruego se unan a mi acción de gracias y pidan por mí, a fin de seguir siendo fiel y perseverante en la fe, la esperanza y la caridad.
Mi deseo y propósito más profundo es ser “para” y “con” ustedes un Obispo Constructor de la Paz, acompañando de forma integral a las víctimas, las familias y los jóvenes. Los obispos estamos llamados a ser servidores del Evangelio para la esperanza del mundo y sabemos que esta esperanza no proviene de nosotros sino del Espíritu Santo, que no deja de ser el custodio de la esperanza en el corazón del hombre. Les ruego oren por su Arzobispo, para que continúe con mayor entrega, generosidad y alegría mi ministerio episcopal en esta amada Arquidiócesis de Morelia.
Por mi parte les ofrezco mi oración por los obispos auxiliares y eméritos, por los sacerdotes, los miembros de la vida consagrada, todos los fieles bautizados y la sociedad civil, a la vez encomiendo mi ministerio episcopal a la intercesión de la Virgen María de la Salud, Madre de la Iglesia, de la humanidad y Reina de los Apóstoles. Que Ella me alcance la gracia de vivir entregado al amor que Cristo nuestra Paz, me ha confiado como Iglesia; que Ella siga siendo para todos, Pastor y ovejas, nuestra esperanza y nuestro consuelo.
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