El Episcopado Mexicano y como parte de su misión, aceptó la invitación formal que le hizo el Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador para participar en los foros de consulta y así recibir aportes para poder trazar la ruta hacia el Pacto de Reconciliación Nacional, así lo hizo saber el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos.
El prelado destacó que dichos foros de escucha son un espacio de diálogo convocados para identificar las propuestas de los diferentes sectores de la población en diversas regiones del país, y a su vez sean luces para la elaboración de mejores formas de atender a las personas y políticas públicas que permitan avanzar en la superación de la violencia, la construcción de la paz y la reconciliación nacional.
Dio a conocer que el Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Cardenal José Francisco Robles Ortega, le ha encomendado que como responsable de la Dimensión Episcopal de Justicia, Paz, Reconciliación, Fe y Política, sea quien coordine el ofrecimiento a nivel nacional, de las aportaciones y recursos pastorales, que sobre este tema, la Iglesia católica ha podido implementar a lo largo de los años en nuestro país.
Será oportuno dijo, que las personas expresen sus dolores y rabias, lo mismo que sus propuestas para encontrar caminos de solución e implementar una ruta de pacificación y reconciliación social. Con lo que se recoja en los foros nuestros nuevos gobernantes podrán obtener la participación ordenada y profunda de la sociedad civil en estos tiempos.
Valoró mucho en los foros que se están realizando la participación de representantes de organismos civiles, académicos, empresarios, iglesias y funcionarios de gobiernos estatales y municipales, que a lo largo y ancho de México se van sumando a esta iniciativa. “Me uno a la alegría de muchos mexicanos que experimentamos el deseo de llevar a cabo estos encuentros para suscitar caminos de paz, para todos los habitantes de nuestro querido México”.
Resaltó que nuestro país requiere de responsabilidad, interacción conjunta para construir un proyecto de Nación, capaz de organizar no solo la gestión de los servicios públicos, sino sobre todo de configurar con la participación de todos los ciudadanos, sectores, y pluralidad de pensamiento, los principios, criterios y el diseño de nuestra cultura, modos de relación e interacción, con el fin de asegurar las libertades y el desarrollo de todos, en armonía y paz. Esto requiere de sobriedad, de capacidad de ver fines, y no solo medios; de congruencia ética que nos permita ver la razón de ser de todos y cada uno de los elementos del Estado, para que en diálogo y escucha podamos diseñar caminos de corresponsabilidad y futuro.
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