A los humanos se nos olvidó la gratitud hacia Dios

A los humanos se nos olvidó la gratitud hacia Dios

Cada 25 de Marzo la Iglesia celebra el misterio de la Encarnación, Dios ha asumido la condición humana en su integridad para sanarla completamente. El Verbo, el Hijo de Dios que se ha hecho carne, revela el extraordinario realismo del amor de Dios, que quiere entrar en nuestra historia, cargando sobre sí el gran regalo de la vida humana.

Ante la bondad de Dios para el hombre y la mujer, la Iglesia católica reconoce que a la humanidad nos ha hecho falta reconocer el don y actuar con gratitud y amor. Celebremos el gran misterio de la Encarnación y agradezcamos a Dios el Don de la Vida, pidámosle fuerzas para defenderla, es por ello que he dispuesto que este domingo 24 de marzo, la principal intención en todas misas sea por el Don de la Vida. Así mismo se está llevando a cabo la Primera Gran Carrera por la vida, en la ciudad de Morelia.

El Evangelio de la vida está en el centro del mensaje de Jesús y la Iglesia sabe que este Evangelio, recibido de su Señor, tiene un eco profundo y persuasivo en el corazón de cada persona, creyente e incluso no creyente, porque, superando infinitamente sus expectativas, se ajusta a ella de modo sorprendente. Todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres, con la luz de la razón y no sin el influjo secreto de la gracia, puede llegar a descubrir en la ley natural escrita en su corazón (cf. Rm 2, 14-15) el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término, y afirmar el derecho de cada ser humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo (EV 3).

La Iglesia, escrutando asiduamente el misterio de la Redención, descubre con renovado asombro este valor y se siente llamada a anunciar a los hombres de todos los tiempos este « evangelio », fuente de esperanza inquebrantable y de verdadera alegría para cada época de la historia. El Evangelio del amor de Dios al hombre, el Evangelio de la dignidad de la persona y el Evangelio de la vida son un único e indivisible Evangelio. Oremos todos para que por intercesión de la Virgen María, de san José y del Niño Jesús, seamos instrumentos de Dios para valorar y proteger el don de la Vida.

 

Comparte en redes sociales
Pin Share

Leave a Reply

Your email address will not be published.