Mi nombre es María Guillermina y soy la mamá de Esteban Francisco. En un día que debería haber sido como cualquier otro, un conductor ebrio decidió arrebatarnos la posibilidad de que Esteban se valiera por sí mismo.
La tarde del 14 de junio del 2010, mi hijo, que iba en motocicleta, fue arrollado por un carro. Al momento de los hechos, el responsable quiso huir de la escena y mi hijo quedó inconsciente en la acera, incluso, los oficiales de tránsito lo declararon muerto hasta que empezó a convulsionar. Inmediatamente fue llevado al hospital y el responsable al Ministerio Público.
Mientras mi hijo se debatía entre la vida y la muerte, el responsable quedó en libertad por que mi hijo no pudo ir a declarar.
Desde entonces hemos luchado incansablemente por justicia, pero nos encontramos en un punto en el que ya no sabemos qué más hacer para que el responsable pague por el daño que le causó a mi hijo y a toda nuestra familia.
Mi hijo Esteban era un enfermero, tenía un hijo de 3 años y le arrebataron su carrera y la posibilidad de crecer y jugar junto a su hijo. Mientras el responsable sigue en libertad.
Han pasado 14 años desde ese fatídico accidente y el juicio sigue posponiéndose, llenándose de irregularidades, amparos, y extorsiones. ¡Ni siquiera hemos tenido la primera audiencia!
Necesitamos una vida digna para Esteban, una vida en la que tenga acceso a terapias físicas y en la que no tengamos que preocuparnos por la escasez de pañales y otros suministros básicos. Me duele en el alma ver a veces cómo no tengo suficiente para alimentarnos adecuadamente, pero sigo aquí, cuidando de él.
Es hora de que el responsable asuma las consecuencias de sus acciones. Estoy agotada de esta lucha, pero no voy a permitir que la vida de mi hijo sea en vano debido a la irresponsabilidad de alguien más al volante. ¡Por favor, ayúdenme!
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