Pugnas al interior del STUMICH por relevo de dirigencia

Pugnas al interior del STUMICH por relevo de dirigencia

POR: Juan Guevara Mendoza

Como se vaticinaba desde hace tiempo, el STUPIMICH enfrenta una severa pugna por el poder al interior del sindicato blanco, originado por la ambición de Armando Rangel Díaz, quien aseguraba que en el gremio charro no existiría la reelección bajo ninguna circunstancia y ahora pretende mutilar los estatutos sindicales con la finalidad de enquistarse en la dirigencia por cuatro años más.

Tal decisión ha originado la inconformidad de los charros menores, como Aurelio Alipio, quien consideraba haber hecho los méritos suficientes para suceder en el cargo al drogadicto que hasta ahora funge como secretario general de la agrupación patronal, como si se tratara de repartir un pastel en rebanadas y sin considerar el sentir de la base afiliada.

Es obvio que nada bueno vendrá de aquello que nació podrido desde su origen y ninguno de los perfiles que muestra el catálogo de aspirantes a dirigir el STUPIMICH, representa una opción que beneficie los intereses de los trabajadores universitarios, porque todos estos entes, al igual que Armando Rangel, en todo momento se han pronunciado por su actitud rastrera y entreguista en torno a la autoridad en turno.

Un sindicato no antepone el poder por el poder, sin importar un bledo la base que representan y lo mismo da un drogadicto que un borracho o un misógino. La pugna está ventilando la clase de entes que son estos individuos y nada les importa más allá de sus intereses personales, porque los mercenarios sindicales no representan al trabajador y solo velan por engrosar sus cuentas bancarias.

Aurelio Alipio, busca deslegitimar las intenciones de Armando Rangel, porque la envidia por su enriquecimiento ilícito le corroe hasta los huesos y quiere vehículos de lujo y propiedades, como el oscuro dirigente, porque forma parte de la misma carroña que conforma a este grupo de traidores.

Rangel Díaz pretende una reforma estatutaria, porque entiende que solamente mediante el ejercicio de una posición corrupta podrá solventar su costoso modo de vida y excesos, mientras “el cebollo” Alipio, sabe que el nuevo sistema de justicia penal lo ha dejado obsoleto y la abogacía ya no le redituará el dinero suficiente para costear sus constantes borracheras. Para la dirigencia corrupta del STUPIMICH la base no importa, para estos sinvergüenzas nada existe más allá de sus intereses personales, los trabajadores solo son un conducto para lograr sus mezquinos interese.

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