POR: Eduardo García Mireles
Desde hace 12 años me mudé a la ciudad de Puebla y me di cuenta de la fortuna que tiene esta ciudad al tener un río llamado Atoyac que nace de la Sierra Nevada, desemboca en la presa de Valsequillo y continúa para convertirse en el Río Balsas.
Sin embargo, los empresarios, sociedad y gobiernos han preferido ver al Río Atoyac como un vertedero perfecto para residuos de todo tipo; afectando la salud de millones de personas que vivimos en la ciudad de Puebla y poblados cercanos.
El Río Atoyac es considerado uno de los ríos más contaminados del país. Se calcula que se lanzan más de 200 toneladas de contaminantes al día ¡Este río debería ser una fuente de vida, no de enfermedades!
Además, hay estudios que registran que esta agua tóxica se utiliza para agricultura, hidratar ganado o hasta para el uso de algunas poblaciones; lo que derivó en que incrementaran los casos de personas con cáncer, alergias y otras enfermedades. ¡Esto es gravísimo para todos los que vivimos cerca del río o sus afluentes!
En esta región existen plantas tratadoras pero la mitad de ellas no operan y las que sí operan no funcionan correctamente y sólo pueden filtrar desechos biológicos. Cada vez que los ciudadanos alzamos la voz, la respuesta de las autoridades es la construcción de nuevas plantas de tratamiento bajo el mismo esquema, “elefantes blancos” inoperantes y que sólo son fuente de corrupción.
La realidad del Río Atoyac es que está tan contaminado que el problema no se limita a desperdicios biológicos, el río presenta grados de toxicidad con elementos que ni siquiera están previstos en la NOM-001-SEMARNAT-2021 y son tan altos que superan cualquier parámetro hasta en 800%. ESTE RÍO ES TÓXICO Y PELIGROSO.
Las empresas responsables de este desastre ecológico sólo reciben multas de los 30 mil hasta los 100 mil pesos. Las mega empresas tienen la capacidad económica de pagar estas multas fácilmente y siempre preferirán pagarlas mientras no se les obligue a tener plantas de tratamiento funcionales para tratar las aguas residuales de sus procesos productivos antes de descargar en el Atoyac. Es indispensable que se obligue a las empresas a actuar responsablemente.
Tenemos que unirnos y obligar a las autoridades y sector privado a actuar con conciencia, ya no es solo un leve problema ambiental, es un problema que está matando personas y se puede volver un problema de salud pública enorme. Además del evidente ecocidio que ocurre a la vista de todos. Es por eso que a través de este medio exigimos a la SEMARNAT, a la CONAGUA, a la CONANP, PROFEPA, a las empresas privadas y a cualquier autoridad correspondiente lo siguiente:
- La integración de un consejo regulador para el Río Atoyac. Formado por expertos en saneamiento de aguas y que trabaje en mancuerna con organismos independientes de cuidado al medio ambiente.
- El establecimiento de sanciones cuyos montos hagan imposible la operación contaminante de empresas corruptas y sin conciencia ambiental. Obligándolas a tratar adecuadamente sus aguas residuales.
- La puesta en marcha de las plantas de tratamiento que al día de hoy no operan y solo permanecen como cascarones inútiles.
- El compromiso del gobierno para publicar mensualmente las acciones y evidencia de las mismas que se están llevando a cabo de forma constante.
- La prohibición a la circulación de personas por la ribera del rio, incluidos los carriles del Parque Metropolitano de Puebla debido a la alta concentración de contaminantes tóxicos en el aire.
- Establecer fechas puntuales para el logro de objetivos en saneamiento, calidad de agua, remoción de basura, eliminación de olores y contaminantes
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