POR : Yoseline Gonzalez Reyes
“Eres una pendeja”, “No vales nada”, “No sabes con quién te estás metiendo”, “Tu denuncia hizo que terminara la violencia, ahora hace que termine tu carrera”, “A ver cuánto aguantas…”
Hola, soy Yoseline González Reyes, médico residente de ginecología y obstetricia en el Hospital General de Pachuca y estoy a punto de abandonar mi residencia debido a la violencia de género, abuso, acoso laboral e intimidación que he sufrido.
Desde hace un año, me han sometido a una carga excesiva de trabajo, con jornadas que superan las 150 horas semanales. He sido objeto de castigos injustificados, descalificaciones y se ha cuestionado mi capacidad profesional.
Durante un año aguanté que médicos me gritaran groserías, me violentaran de forma psicológica, me denigraran por ser mujer, y aguanté humillaciones. Busqué activar el Protocolo Cero Violencia dentro del hospital para parar este maltrato, pero mis directivos no hicieron el debido proceso y la violencia aumentó. Incluso, el reporte donde testificaba mi vivencia, fue filtrado por todo el hospital, y fui blanco de burlas, más hostigamiento y revictimización.
Residentes han mostrado su jerarquía e intimidación, seguido de abuso de poder por parte de adscritos. Me enfrento a una red de personas que normalizan la violencia hacia los médicos aprendices y donde nadie señala las malas prácticas. Es por eso que cuando decidí hablar, se me castigó más severamente, hasta el punto de reprobarme sin argumentos y quererme quitar mi ingreso a la especialidad que tanto trabajo me ha costado.
Ante ésto, me acerqué a diferentes instancias como la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la Secretaría de Salud del Estado de Hidalgo, Fiscalía del Estado de Hidalgo y la CNDH Hidalgo. Incluso, la ex-secretaria de salud, Dr. Maria Zorayda Robles Barrera, se comprometió a ayudarme y solucionar mi situación pero no he tenido apoyo por parte de las instituciones.
Este tipo de comportamiento es inaceptable en cualquier entorno laboral y más aún en uno dedicado al cuidado y bienestar humano como lo es el sector salud. Es necesario poner fin a esta cultura tóxica para garantizar un ambiente seguro para todos los trabajadores y trabajadores de los hospitales.
Por todo esto, pido tu apoyo para exigir al Hospital General De Pachuca tomar medidas inmediatas contra este tipo acoso laboral y violación flagrante a mis derechos humanos como mujer y profesional sanitario. Además de una reparación del daño, donde se me permita continuar mis estudios.
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