¿VERDAD O MENTIRA?

¿VERDAD O MENTIRA?

Por: Salvador Hurtado

                Los Lame we.. Botas: Les damos esta definición a aquellos sujetos que no contradicen al jefe, aunque éste sea un reverendo ignorante. Personas que para obtener o salvaguardar influencia en las decisiones, recurren a evidencias, chascarrillos agradables y divertidos, nunca incorrectos a los oídos de los nuevos encumbrados que deben tomar las decisiones finales.

Son también aquellos que se prestan sin dificultad a ir por «los cigarros o el chesco», para llevarlo a todos lados con tal de pasar cinco minutos, que no en pocas ocasiones se convierten en horas de criado a lado de su mostrenco jefe y ganar diez de atención dando a entender o pareciera no tener ni familia ni hogar. En realidad, se arrendan para ello con el propósito de estar en la mira del jefe. Se acomodan como tapete a fin de que el zapato del que manda o el que sigue, tenga presente su existencia.

Regularmente este tipo de empleados hombres y mujeres, hacen gala de inhabilidad en su trabajo, presumen el pertenecer a esa burocracia estúpida que dificulta enormemente que un ciudadano sea víctima de malos tratos y por ende complicar sus asuntos poniendo a prueba su resistencia si es que antes el pobre no avienta la toalla desesperado por no encontrar a quién acudir, pues la mayoría se dice son amigos, parientes, recomendados, novias o novios etc. etc. de los jefes y el resto para acabar de amolar son nada más y nada menos que sindicalizados.     

El adulador, lambiscón, rastrero, barbero o como se quiera nombrar, no es un fenómeno exclusivo de las entidades burocráticas, los hay por todos lados. Optaría por llamarle: Simbiosis parasitaria. Los elogiosos se avivan de los jefes supeditados gustosos a la adulación y viceversa. Éstos últimos miden el éxito del lambiscón según la cantidad, calidad y tamaño del piropo; también funcionan muy bien ante dirigentes y líderes muy disque celosos de su deber, pero sólo son controladores y ambiciosos.

Aquellos que premian esta desdeñable práctica, son los principales responsables del rezago en materia profesional de nuestra sociedad, porque creo que hay pocas cosas peores para nuestro desarrollo que ocultar los resultados detrás de las mentiras, las sonrisas fingidas y los amiguismos mal entendidos. Si llevamos esta práctica al terreno de la vida diaria tenemos como resultado el Michoacán que vemos todos los días y que esta como para vomitar.

En algún momento de la vida muchísimos, nos hemos topado con alguien que le echa muchas flores al de arriba, le adula, le dice que es un gran tipo o tipa, genial, sí, y sólo  eso, si se encuentra en una posición de poder o por encima de ellos. Basta únicamente con que lo abandonen, lo despidan o salga de ese círculo para que le volteen la cara y cambien sus amores en automático al «jefazo o jefaza» en turno.

Es importante para el desarrollo ético-profesional individual, de las dependencias, organismos, empresas, oficinas y de la sociedad acabar con esta nefasta tribu. Los que se encuentran en áreas de responsabilidad deben ser los primeros que deban hacerse una autoevaluación (mirarse al espejo) para ver si son o no vulnerables a los lambiscones, de qué tipo de personas se rodean, si están buscando tomar rehenes que funcionen a su antojo, o realmente tienen gente pensante que les permita crecer y desarrollarse.

Para aquellos que están en posición de elogiar, escondiendo su prepotencia, su bajo rendimiento y además amedrentando al público y a los de abajo con acoso y amenazas, entonces es hora de empezar a pensar en el futuro. Los serviles terminan su carrera profesional en el momento en que se encuentren con un funcionario que los ponga en su lugar a través de resultados, no las palabras bonitas, aunque la verdad se ve muy lejos porque los nuevos funcionarios y la mayoría de los que despachan lo que les importa es atender y cumplir con la población.

Y es que además, esa ralea tiende a ser lame botas con el de arriba y tirano con el de abajo y estos últimos con la gente. Por creíble que parezca, algunos  llegan muy lejos, a veces a altas esferas de poder. Existen muchísimos de los que creen que así llegarán a semejantes niveles. Ellos mismos deben preguntarse si eso es lo que quieren dejar como legado, consultarse si quiere ser recordado como una persona de resultados, o como un «lambiscón», o en el peor de los casos -por el alto nivel del que se trata, y a comentario de sus colegas-  de «lamehuevos» con el gobernador, este con el presidente, otros más con él, magistrado, secretario, delegado, juez o edil sea hombre o mujer.

La verdadera persona es la que tiene voluntad propia y se acaba comportando según lo que siente, no diciéndoles a sus jefes lo que quieren oír, no se pierde en las falsas lealtades. Ahora mismo casi todo el Gabinete del estado y la mayoría en el congreso local, las dependencias el IMSS, y otras más se encuentran haciendo caravanas a la pirámide burocrática desde el presidente, gobernador, ediles, funcionarios y así sucesivamente. Dignos de llamarles…

Si el de arriba (controlador) es una persona dominada por la vergüenza, intenta desesperadamente mostrar una máscara al mundo, donde cree que nunca comete errores o que él es un error en sí, con este tipo de parásitos no le permitirán aprender y crecer, nunca. Con más adulaciones cada día se hunde peor, sin darse cuenta. Hoy en un Michoacán tan agraviado ¿la comodidad del lame we…Botas tendrá sus horas contadas? Bueno eso creo, o tal vez me equivoque….y… POR LO QUE VEO LO MAS REALIZABLE ES QUE ME EQUIVOQUE.

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