¿Verdad o Mentira?

¿Verdad o Mentira?

Por: Salvador Hurtado

¿Patriotas o Patrioteros?

Patria: ese término manoseado, moldeado y maltratado en este país desde hace más de un siglo. Manoseado hasta el punto que la (según) «izquierda» ha renunciado al concepto patria por sus connotaciones perversas siempre con la intención de dividir y confrontar a los Mexicanos. El patriotismo en la actualidad mayoritariamente  implica la manipulación de los sentimientos patrios, con la intención de dominar los gobernantes, a la sociedad, todo por la enajenación de sus  demandas. Es un discurso que exalta las emociones en detrimento de las razones.

El patrioterismo es, ante todo, una perorata autoritaria pues convierte a las personas que disienten en enemigos “del auténtico pueblo, por lo que deben ser calladas, mediatizadas e, incluso, destruidas y marginadas». El patrioterismo es manipulador, irracional y narcisista por parte de muchos bribones que tienen de rodillas al país. El concepto de “patria” que nos venden, es el de la banderita en el balcón, la pulsera con el escudo nacional en la muñeca y la intolerancia a quien no piense como quienes sienten ser dueños del país. Un patriotismo del “Yo soy más mexicano que tú”. Un pseudo-patriotismo anquilosado en el pasado más turbio de este país. Sin embargo, esto no es ser patriota, ni tener un concepto real de patria.

Una patria, no debe basarse sólo en símbolos de identidad como la bandera o el himno. Una patria no puede estar sólo orgullosa cuando su selección gana un torneo. Una patria es aquel lugar en el que puedan caber todos, en el que las libertades estén garantizadas sea cual sea su origen, aquel lugar donde la intolerancia no exista ni lo mire la burocracia mal por sus tendencias políticas, sexuales o personales. Ser o no más patriota no consiste en aferrarse al pasado, sino en mirar hacia el futuro, ningún símbolo nacional debe de ser intocable sino integrador de todas las ideas que caben en el seno de un país.

Hay muchos discursos en México que deben resolverse, discursos que en otros países ya se solucionaron hace décadas y es por tanto responsabilidad de todos labrar ciertos debates que permitan al pueblo avanzar como país. Memoria histórica, cuestión nacional, vertebración territorial, corrupción sistémica, recuperar los sectores estratégicos en beneficio de las mayorías, etc… Son cuestiones abiertas que es responsabilidad del estado cerrarlas para construir un país que verdaderamente integre y no rechace. Se puede ser patriota, pero en México queda mucho por avanzar y mientras no peleemos por construir un país para todos, tristemente, seguiremos siendo unos patrioteros.

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